viernes, 20 de agosto de 2010

...


`
ASN Wikibase Occurrence # 30385
This information is added by users of ASN. ASN nor the Flight Safety Foundation are responsible for the completeness or correctness of this information. If you feel this information is incomplete or incorrect, you can submit corrected information.
Date:04-OCT-1999
Time:
Type:Bell 430
Operator:Tavistock Aviation
Registration:LV-ZPV
C/n / msn:49038
Fatalities:Fatalities: / Occupants:
Airplane damage:Written off (damaged beyond repair)
Location:- Argentina
Phase:
Nature:
Departure airport:
Destination airport:
Narrative:

Sources:
http://www.bellhelicopter.com/en/support/flightsafety/pdf/destroyed.pdf


jejeje

La usina


Opinión: “La usina de Lewis es el Estado ausente”

Por Fernando Fernández Herrero *
Fuente: El Mensajero Digital


"Nada de lo que deba ser estatal, permanecerá en manos del Estado", Roberto Dromi

Ésta es sin duda la frase que sintetiza más crudamente lo que significó la década del ‘90 para nuestro país, el desguace vergonzoso del Estado a manos de privados, la mayoría de las veces, empresas o millonarios extranjeros y, de esa manera, nos fueron privando de los servicios básicos como la salud y la educación (en estos casos no sólo por la venta sino por el desfinanciamiento) pero también nos fuimos quedando sin el control de los recursos propios. El petróleo es sin lugar a dudas el capítulo más obsceno de esta cruzada neoliberal, pero hay muchos otros como el transporte terrestre y marítimo, el gas, los servicios públicos, la producción y distribución de energía y el acceso a la tierra.

El Estado es el único que puede asegurar un piso digno de distribución de recursos entre los ciudadanos, el cuentito del derrame ya hace mucho que mostró su final de terror, el incremento de la mortalidad infantil, la desocupación, la miseria, son la pruebas irrefutables de que por ese camino, que con tanta publicidad en los medios, nos vendieron y nos siguen vendiendo, no se llega a nada, la vergüenza de las jubilaciones privadas, el robo de miles de millones en cada golpe del "mercado", la pesificación asimétrica, y la corporación política que se va turnando para chupar la sangre de los pueblos (en nuestra provincia tenemos el ejemplo más claro, cada vicegobernador es el gobernador siguiente, hay un trato implícito de cuidarse las espaldas, cajonearse las causas y turnarse para administrar una provincia rica, con ciudadanos cada vez más pobres, y que cada vez está peor sin importar las condiciones externas).

Pero hay un fenómeno que se ha dado a lo largo de nuestra historia, acelerándose vergonzosamente a partir de la década del ‘90, que es el de concentración de la tierra, vemos florecer como plantas carnívoras, apellidos casi siempre ingleses, norteamericanos o italianos que vienen a quedarse con la tierra. La tierra es el universo que nos contiene, nuestro origen, nuestro futuro, y el de nuestros hijos, porque la tierra, además de estar formada por los huesos de nuestros antepasados es la que contiene los recursos de las sociedades futuras.

Esta doble trampa, de desfinanciamiento del Estado, y facilitación de la venta de grandes extensiones de territorio a privados millonarios, extranjeros o nacionales, va engendrando Señores Feudales en plenos siglo XXI, el caso de Joseph Lewis en Lago Escondido es uno entre muchos, pero es paradigmático. La influencia de Lewis en la sociedad de El Bolsón y El Foyel y El Manso se ha ido incrementando a la misma velocidad que el tamaño de su propiedad, y a la sombra de la estrategia del buen vecino dadivoso que cubre las falencias que el Estado ausente no ha cubierto por décadas, lo increíble es que los que administraron ese Estado ausente son los que toman whisky con el millonario y le acomodan los papeles para que siga ocupando espacios que ellos negaron al Estado por la incapacidad y corrupción de sus gestiones.

En estos días se dio a conocer el llamado a Audiencia Pública para informar sobre el proyecto de una de las tantas empresas de Lewis, que prevé generar electricidad utilizando el caudal del Río Escondido. Arteramente Echeverría no informa en el comunicado del CODEMA que preside, que el proyecto es del millonario Inglés-Norteamericano Joe Lewis, Echeverría ha demostrado con su gestión al frente del CODEMA ser uno de los soldados más serviles de Lewis, las declaraciones públicas del funcionario con respecto al acceso al Lago Escondido, lucha que muchas Organizaciones Sociales mantienen desde hace años, parecen más de un empleado que de un funcionario que debiera cuidar los intereses de todos los ciudadanos. Nicolás Van Ditmar sale rápidamente a aclarar, (después de nuestra nota denunciando que lo que no se informaba en el comunicado del CODEMA es que es una usina de Lewis usando el caudal público de un río, que es un recurso de todos, y que las utilidades quedarán para un privado extranjero), que la usina usará solo una fracción del caudal, que Lewis va a invertir 120 millones de pesos (el mensaje es: "ven? lo que no invierte el Estado, lo hace el Tío Joe", como le dicen en El Bolsón) y que pagarán un canon de 3 millones mensuales al Gobierno Rionegrino, es fácil imaginarse el poder que logrará un privado que aporta esa cantidad (ganando seguramente mucho más) viendo en nuestra ciudad el ejemplo de propietarios de grandes hoteles o boliches que imponen la mayoría de las veces sus intereses por sobre los de la mayoría, siendo Lewises de cabotaje.Nota completa

* DNI 21.954.549

Un Videito...


Es sobre las agresiones que sufrieron los manifestantes:

http://www.youtube.com/watch?v=bueQuWi4Q-w&feature=related

Otro aporte...

Tierras nuestras, tierras de otros

Publicado en artículos por desocultar en 13/08/2010
Tags: , ,

Sin darnos cuenta, el 10 % del territorio nacional está en manos de empresarios extranjeros. La falta de legislación sobre la concentración de tierras para corporaciones del exterior y nacionales deja al descubierto una problemática que pone en jaque los años que vendrán. “Tierras S. A”, de Andrés Klipphan y Daniel Enz, refleja la agónica pérdida del tesoro más preciado del país: el suelo argentino.

por Laura Claverie y Lucas Segui*

“Tenemos tierra en exceso”. Ese fue el lema del ex presidente Menem durante los años 90, invitando a corporaciones extranjeras y a particulares a invertir en el país. Fue durante esa época de expansión, privatización y del dólar 1 a 1 cuando la mayor parte de empresarios extranjeros y sociedades anónimas recayeron en suelo argentino comenzando a invertir en diferentes zonas del país. La Patagonia comenzó a ser la piedra preciosa y hacia allí fueron empresarios como Douglas Tompkins, Tud Turner, Luciano Benetton y otros tantos a comprar grandes estancias que superaban las miles de hectáreas. Durante este período el proceso de concentración de tierras en pocas manos llegó a su cúspide máxima. Pero lo que preocupa de todo esto es que ese proceso nunca bajó de esa cima, ya que el nuevo siglo y los años que le siguieron permitieron que la adquisición de terrenos sea mayor.
Después de 3 años de recorrer los caminos del país, entrevistando a centenares de personas y accediendo a múltiples documentos, Andrés Klipphan y Daniel Enz ponen al descubierto, en el año 2006 a través de “Tierras S. A”, esta silenciosa problemática que sufre nuestro país. Este libro evidencia la concentración desmesurada de tierras en manos de empresarios argentinos y extranjeros, quienes adquieren en su mayoría zonas claves de producción y lugares estratégicos cercanos a fronteras, ríos y lagos. Además, refleja que se han beneficiado con la actitud flexible de los diferentes gobiernos nacionales y provinciales para adquirir millones de hectáreas y de recursos no renovables, ya que hasta el momento de la publicación del libro no había una legislación o restricción que impidiera la compra indiscriminada de campos. Justamente, los 38 proyectos que regulan el control y la limitación de estas compras están “cajoneados” en las Cámaras de Diputados y Senadores de la Nación y en 8 legislaturas provinciales.
Si tuviésemos que definir si este libro responde a los fundamentos del Periodismo de Investigación, determinaríamos dos cuestiones fundamentales. Por un lado, no hemos observado que los protagonistas que se nombran en el libro estén infringiendo alguna normativa, porque no hay ninguna que esté destinada a controlar las adquisiciones de terrenos. Por otro lado, si bien la mayoría de los autores, tales como Faundes, Rodríguez y Torre -entre otros-, hablan de un periodismo de investigación que tiene que develar algo oculto, consideramos que esta investigación no responde a esos lineamientos. Los aportes testimoniales y los diferentes documentos a los cuales los autores tuvieron acceso permitieron contextualizar y conocer cada caso, pero no responde a una investigación que devele algo que haya sido ocultado por alguien o por varios. El tema había sido abordado años atrás por los medios de comunicación, legisladores y grupos ambientalistas.
El trabajo realizado por los autores puede catalogarse como “investigación periodística” ya que se profundizó en la concentración de tierras desde diferentes casos particulares como el de Douglas Tompkins, la familia Benetton, Ted Tudner y los empresarios argentinos como Capozzolo, Yabrán y Eurnekian, entre otros. Además, se ahondó en regiones del país donde la problemática fue mayor, como la Patagonia, Buenos Aires, Santa Fe, Santiago del Estero, entre otras que también se mencionan. Vale aclarar que esta investigación no solamente abordó esta concentración en pocas manos sino que además mostró otros problemas, como el modo de vida de los trabajadores tabacaleros en las provincias de Misiones y Corrientes y las muertes dudosas de operarios, que reflejaron el nivel de impunidad con el que las empresas explotan el medioambiente.
En términos de Gerardo Reyes, dentro del periodismo de investigación este trabajo podría considerarse como periodismo de “profundidad”. Si bien los autores abordan el tema con una mirada menos detectivesca, las conductas impropias que se relatan en el libro son un elemento más de una profundización hacia el objeto (concentración de tierras). Si bien se buscó quiénes han sido o son los dueños de las tierras, los autores analizaron porqué sucede esta problemática. Más bien se intentó plasmar una realidad que sufre nuestro país desde hace un siglo. Primero, con la conquista del desierto y los terratenientes que se quedaban con las nuevas tierras conquistas, también con la huella del plan económico iniciado por la dictadura militar, luego con la profundización de esa política durante el menemismo (época donde ponen mas foco y atención) y la secuela nunca frenada por los gobiernos que le siguieron (De la Rua – Néstor Kirchner) que provocaron -según los autores- una “reforma agraria al revés”, al privatizar inmensas zonas del país.
Durante los tres años de investigación profunda y detallada que siguieron los autores, se destaca la innumerable cantidad de fuentes consultadas, tanto personales como documentos. En términos del periodista Daniel Santoro, la atribución de una gran cantidad de fuentes permitió que se pudiera reflejar hasta el más mínimo detalle en cada problemática narrada en el libro, dándole a conocer al lector el origen de cada información, desde la consulta en las oficinas de Catastro al relato, con nombre y apellido, de los campesinos santiagueños despojados de sus tierras. Muchos de los testimonios que se fueron recolectando durante el proceso de investigación sirvieron para contextualizar, más bien anecdóticamente, diferentes hechos. Tal es el caso de la familia Quiroz, en Santiago del Estero, quienes sufrieron el desalojo de sus propiedades en manos de un diputado provincial. Acudieron además a entidades como la Federación Agraria Argentina, ministerios nacionales y provinciales que les aportaron información y fuentes reservadas. Este último punto es importante de destacar ya que fueron fundamentales los testimonios de campesinos y aborígenes que pidieron no ser nombrados, como también un alto funcionario del Ministerio del Interior, quien les dijo que “entre 2002 y 2006 habían recibido 2.358 pedidos extranjeros para invertir en zonas de seguridad, cercanas a fronteras y recursos naturales”.
La documentación recopilada por Klipphan y Enz aporta muchos datos que plasman la problemática aún más: “un terreno con una superficie 4.500 veces mayor que la ciudad de Buenos Aires está en manos de un europeo”; “hasta septiembre de 2006, unos 40,5 millones de hectáreas correspondientes a las mejores tierras cultivables del país estaban en venta o en proceso de ser vendidas”; o aquellas estadísticas que indican que “se le quitaron 270 mil kilómetros cuadrados de zonas esenciales y estratégicas para el desarrollo colectivo”.
En palabras de Caminos Marcet, la información que se detalló en esta investigación fue específica en cada caso, aportando la cantidad de propiedades que cada involucrado tenía, los negocios que fueron llevando a cabo y las vinculaciones que se fueron sucediendo; y analítica, porque plasmaron la problemática desde un análisis de la realidad, aportando su opinión sobre los hechos. Por último, requirió un tiempo de trabajo de tres años que terminó en la publicación del libro y 12 meses que le llevó al equipo de investigación la redacción, corroboración de datos y la edición del libro.
Este problema y sus correspondientes consecuencias en la sociedad que aborda la publicación, más precisamente en los afectados directos como los campesinos de Chaco y Santiago del Estero y las comunidades mapuches en la Patagonia, están incluidos en el desarrollo participativo y sustentable centrado en el bienestar de las mayorías y el respeto por la naturaleza, uno de los criterios de acción social de la ética profesional que plantea Juan Jorge Faundes. Se transgredió el desarrollo participativo ya que al no existir restricciones en las compras de tierras, empresarios y sociedades anónimas con alto poder económico adquirieron terrenos desmesuradamente en desventaja con pequeños campesinos. Esto queda reflejado en la situación que se narra en el capítulo 7 referido a Santiago del Estero, donde a un agricultor de la zona del Impenetrable debe esperar diez años para que le entreguen los títulos de propiedad y un aborigen alrededor de cuarenta. Sin embargo, los “nuevos” dueños de las tierras en el Impenetrable los obtienen en no más de ocho meses. A esto se le suman los desalojos y las políticas que llevan los Estados provinciales con respecto a la venta de tierras, ya que le venden a particulares miles de hectáreas a precios mínimos (parcelas cercanas a los 0.54 centavos) y estos luego las revenden a empresas y sociedades anónimas de orígenes inciertos, a miles de dólares o cifras millonarias. Además, muchos de los empresarios y sociedades anónimas compran zonas con una gran variedad de recursos naturales, como es el caso que Douglas Tompkins en los Esteros del Iberá o Joseph Lewis en lago Escondido, quienes se adueñan de lugares públicos transformándolos en propiedad privada. El primero compró miles de hectáreas dentro de los Esteros del Iberá, alambrando zonas que son de acceso público y cerrando caminos por los cuales los pobladores se trasladan. El segundo, al comprar una estancia cercana a lago escondido en Chubut, cercó una de las entradas al lago prohibiendo el acceso al mismo.
Con respecto a los recursos naturales, dentro de las zonas de seguridad, principalmente en la cordillera (áreas que comprenden 150 kilómetros de las fronteras y 50 kilómetros de la costa) hay 75 explotaciones mineras y el 90% está en manos extranjeras. En provincias como La Rioja, Jujuy y Catamarca se han instalado las mayores empresas del mundo en materia de explotación minera relacionadas al oro y la plata. Como se plantea en el libro, para los gobernantes fue visto como una fuerte inversión pero para los vecinos y grupos ecológicos significa un verdadero peligro, debido a la utilización de productos químicos en los sistemas de extracción que contaminan de manera irreversible ríos, napas acuíferas, suelos y desencadenarían enfermedades mortales.
Asimismo, el boom del negocio de la soja llevó a muchos empresarios que adquirieron campos en la Mesopotamia argentina a la deforestación de selvas enteras para extraer la madera de los árboles para diferentes usos y para el sembrado de soja.
Continuando con la línea de análisis del periodista y escritor Juan Jorge Faundes, los periodistas abordaron dos tipos de áreas de investigación. La primera relacionada al área del consenso, denunciando y poniendo un tema en el que la mayoría de la sociedad estaría de acuerdo que se investigue: la venta indiscriminada de tierras y la concentración de tierras y zonas en manos extranjeras. Si bien los autores del libro investigan una problemática que es funcional al sistema, develando los entramados y negociados que se producen en el mismo para que este lo corrija, también se centran en otra área de investigación: desde la disidencia. Desde este lugar, denuncian al sistema piramidal, porque dan a conocer que ante la falta de legislación que controle la concentración de tierras, las corporaciones económicas nacionales y extranjeras adquieren terrenos de cualquier manera y pone en evidencia al Estado y los gobiernos provinciales, quienes no han hecho nada ante esta problemática o más sencillamente han mirado para otro lado.
Por último, la investigación deja otros temas relacionados a esta problemática que en un futuro podrían ser cuestiones a abordar: por un lado, los campos por donde el narcotráfico lleva adelante sus operaciones semanales, donde pequeñas avionetas aterrizan en “tierras liberadas” que en realidad tienen nombre y apellido pero que se ocultan en complejas sociedades anónimas. Además, comentan que tuvieron acceso a documentos de una comisión parlamentaria que demostraría que corporaciones argentinas, ex senadores y diputados, ex funcionarios y periodistas han adquirido miles de hectáreas de tierras para forestar en Uruguay y participar del negocio con la sucesión de pasteras de origen extranjero, por fuera de Botnia.

Ver también:

-Datos aportados por la investigación

*El artículo forma parte de los parciales que propone el Taller, que tienen por objetivo analizar obras de investigación realizadas por periodistas.

¿La Argentina en venta?

Las tierras en manos de extranjeros en Argentina casi se triplicaron en los últimos diez años, un fenómeno que se extiende por áreas estratégicas ricas en recursos naturales y que afecta a pequeños pueblos que quedan atrapados dentro de los dominios de los grandes terratenientes.

A inicios de este siglo, unas 7 millones de hectáreas estaban en manos de extranjeros, pero esa cifra se elevó desde entonces hasta las 20 millones de hectáreas, de acuerdo a cálculos de la Federación Agraria Argentina (FAA), patronal que agrupa a pequeños y medianos agricultores y que reclama ponerle un coto a este fenómeno.

“Aquí se combinan dos factores: por un lado no hay ningún tipo de regulación y, por otro lado, los precios de la tierra en Argentina no superan los 20.000 dólares la hectárea en la mejor zona, mientras en la India, por ejemplo, el valor es de 200.000 euros la hectárea”, dijo a Efe el diputado Pablo Orsolini, de la opositora Unión Cívica Radical, quien impulsa una iniciativa legal sobre la materia.

El ministro argentino de Agricultura, Julián Domínguez, admitió este semana que “tiene que haber una ley que defienda el derecho de que la tierra argentina quede en manos de los argentinos”, uno de los “principales activos” del país que “será muy demandado en el futuro”.

El mayor terrateniente extranjero de Argentina es la familia italiana Benetton, que posee unas 900.000 hectáreas, en su mayoría en la Patagonia (sur) y dedicadas a la producción lanar para su imperio textil. “Pero hay muchos extranjeros que no compran para producir, sino para posicionarse en lugares con agua, recursos mineros e hidrocarburos y en zonas estratégicas de frontera ”, advirtió Orsolini.

Actualmente, la única norma que limita la posesión de tierras por parte de extranjeros es un decreto de 1944, que restringe las adquisiciones en áreas de frontera y zonas clave para la seguridad nacional, norma que según el diputado no se cumple. “Por ejemplo, el inglés Joe Lewis compró tierras en Río Negro y allí construyó una pista de aterrizaje a 500 metros de la costa marítima, una zona de seguridad nacional”, apuntó Orsolini.

Lewis, ex propietario de Hard Rock Café, se hizo famoso cuando adquirió 18.000 hectáreas en la Patagonia y cerró el acceso público al paradisíaco Lago Escondido, caso que derivó en una causa judicial. “Muchas de las tierras que pasaron a manos extranjeras están en la frontera, una situación que nos pone en peligro más allá de la cuestión productiva. Son tierras que tienen, además de su valor de mercado, un valor por los recursos naturales que tienen”, dijo a Efe el presidente de la Comisión de Uso y Tenencia de la Tierra de la FAA, Omar Príncipe.

Otros grandes terratenientes famosos son el empresario de medios estadounidense Ted Turner, el suizo Jacob Suchard, dueño de Nestlé, y el empresario húngaro George Soros. Según Príncipe, hay muchos casos en que está “en juego el arraigo de los pobladores tradicionales que son expulsados”. Por ejemplo, la fabricante estadounidense de helicópteros Poquiteros compró 117.000 hectáreas en la norteña provincia de Catamarca con 300 familias dentro.

Otro caso emblemático es el del magnate estadounidense Douglas Tompkins, quien adquirió una vasta extensión en los Esteros del Iberá (noreste), una área rica en fauna y agua dulce que el empresario dice querer proteger. “Tompkins ha expulsado a los pobladores y cerró las escuelas y los puestos sanitarios porque dice que los pobladores, que están allí hace varias generaciones, son depredadores de los recursos naturales”, señaló Orsolini.

Mientras la iniciativa para poner límites a este fenómenos espera ser debatida en el Parlamento, “hay 15 millones de hectáreas que se ofrecen a la venta, con la posibilidad de que pasen a manos extranjeras”, advirtió Príncipe.

Fuente: Agencia EFE


http://www.lu17.com/a/2010/8/16/a3322742-a931-11df-8358-000000000000/__la_argentina_en_venta__1281961841

Seguí así...

Iribarren se opone a expropiar la pista

00:37 31/07/2010

SIERRA GRANDE (ASG).- El intendente de Sierra Grande, Nelson Iribarren, dijo que los que piden la expropiación del campo de Bahía Dorada adoptaron una actitud "demagógica y populista".

Es poco frecuente que el jefe comunal se refiera a la pista de aterrizaje y el campo privado de Nicolás Van Ditmar, administrador de Lago Escondido, pero esta vez ante la consulta de "Río Negro" dio su parecer.

Días atrás el partido Confluencia para la Emancipación, que integran en esta provincia Proyecto Sur y el Partido Socialista, avanzaron en la idea de presentar una iniciativa parlamentaria para pedir la expropiación del campo donde está la polémica pista y el complejo Bahía Dorada, distante a 40 km de Sierra Grande.

"Me suena chocante una movida de esta naturaleza, los fundamentos deberían ser contundentes", sostuvo el mandatario local. Agregó que con el pedido de expropiación del campo de Van Ditmar, muchas veces sindicado como testaferro del millonario inglés Joe Lewis, ve una especie de xenofobia, "algo así como odio al extranjero".

Iribarren dijo además que la propuesta del Confluencia le parece "una actitud populista, para ganar votos mas allá de desafíos internos de la defensa de la tierra y de los recurso naturales".

Por otra parte, dijo que de última "somos todos responsables si es que hubo ilícito en la compra de un campo porque incluso un fiscal o juez deberían actuar de oficio si ven algo mal".

Interesante punto de vista

-

Vergonzoso mientras los trabajadores argentinos soportan impuestos esclavizantes, las rentas -genuino recurso del Estado- enriquece a extranjeros.


Argentina en venta
Hay 25 millones de hectáreas en manos de extranjeros


Se impulsa una ley para regularizar la situación. Mientras el Gobierno mira para otro lado, multimillonarios extranjeros se quedan con lagos, reservas naturales y hasta pueblos. Buenos Aires también está en la mira de empresarios foráneos


Los problemas en la Argentina tienden a repetirse. A diario los medios hablan sobre el crecimiento de los hechos de inseguridad, la falta de empleo, el aumento de la inflación y los tarifazos. Sin embargo, lejos de estos -graves por cierto- problemas cotidianos, crece otro que pone en riesgo el futuro de los recursos naturales y del patrimonio de los argentinos: crece la comercialización de tierras con empresas y particulares extranjeros en todos los rincones del país. Crece, sin freno, un país en venta.
Los diarios más prestigiosos de Estados Unidos ofrecen entre sus avisos clasificados estancias y tierras en el sur del país. Uno de los ejemplos más claros es la oferta de 21 mil hectáreas, con 17 kilómetros de costa sobre el Océano Atlántico en Río Grande, Tierra del Fuego. “Está ubicado en un paraíso fiscal, con beneficios estables y grandes ganancias”, subraya el aviso. Duele por la forma en que se rifan los recursos naturales. Pero duele más porque es real.
El diputado nacional y dirigente de la Federación Agraria Argentina, Pablo Orsolini, presentó un proyecto para que se regule la venta de tierras a extranjeros. Además, existe un proyecto de similares características, que es impulsado por la senadora peronista Silvia Giusti, de Chubut.
La iniciativa de Orsolini es un nuevo intento por controlar una situación que se está desbordando. En diálogo con Hoy, el legislador estimó que actualmente hay entre 20 y 25 millones de hectáreas argentinas en manos de extranjeros, y por los terrenos que están actualmente a la venta la cifra podría trepar a los 30 millones en breve. “Esto es sólo lo que nosotros conocemos, lo que nos enteramos, pero puede haber muchos más sin que nosotros lo sepamos”, explicó Orsolini.
“¿Hay empresarios de algún país en particular que se interesen por las tierras argentinas?”, le preguntó este diario al diputado nacional.
“No, el abanico está abierto para todos: europeos, americanos, también hay de países asiáticos, como Japón y China”.
Los informes suelen dar cuenta de la compra de tierras en la Patagonia, donde además quedan incluidos lagos completos. O pueblos originarios que son incluidos en ventas de territorios en Cuyo o el norte argentino. Sin embargo, la provincia de Buenos Aires tampoco es ajena a este problema. El grupo italiano Paoletti compró en 1994 su primer campo en Coronel Suárez. Actualmente, ya cuenta con 13 mil hectáreas repartidas en las estancias El Cóndor, La Pepita, Santa Rita, San Marcos, San Luis y San Andrés, en Suárez y Coronel Pringles. El “encantamiento” del grupo empresario por el suelo bonaerense no se detuvo allí. De tanto ir a Sierra de la Ventana y alojarse en el Hotel Provincial decidió comprarlo. “Hace rato que invierten en la zona, están diversificados”, contó a Hoy un intendente de la zona, que confió haber tenido poco trato con la gente del grupo empresario, pero en las breves charlas le confesaron su intención de seguir “ampliándose”.

Una ley para restringir y tener datos concretos

La Cámara de Diputados nacional tiene actualmente dos proyectos de ley para poner un límite a la compra de tierras. Uno es el del radical Pablo Orsolini y el otro de la oficialista Diana Conti. Según confió Orsolini a este medio, las dos iniciativas son similares, por lo que el consenso no sería una traba para sancionar la ley.
Orsolini señaló que mantuvo diálogos muy cortos con Conti y quedaron en reunirse para llegar a un acuerdo. La primera comisión que deben superar los proyectos es la de Legislación General. De ahí, pasará a Agricultura. “Lo bueno es que no pasa por Presupuesto, que es donde suelen frenarse los proyectos. Yo creo que una vez que supere la de Legislación avanzará rápido”, señaló el diputado nacional, quien espera iniciar la discusión apenas se retome la actividad en el Congreso.
En este contexto pareciera que la idea de avanzar en una norma de estas características tiene consenso. Sin embargo, Orsolini advirtió que “hay un sector del kirchnerismo que está a favor, no sé si todos”. En esa línea, amplió: “No nos olvidemos que los Kirchner vienen del sur, donde se vende la mayor parte de tierras a los extranjeros”.

Muy reservados

Más allá de la diferencia de paisajes y territorios, los extranjeros que llegan al país por una porción de tierra tienen una característica que los une. “Son muy reservados y ce-
losos de su propiedad”, contó un productor rural del sur bonaerense, quien de todos modos aclaró que a los italianos “no se los ve mucho por el campo”. Suelen contratar gente para que se los maneje y trabaje la tierra. El grupo Benetton, famoso por ser uno de los primeros en copar la Patagonia, estuvo involucrado en la compra de tierras dentro de la Provincia. “Se habló en algún momento de Necochea”, confió un diputado provincial a Hoy.
“Hace un tiempo vino a tocar (Ricardo) Arjona a Bahía Blanca y se dijo que de ahí se fue a Saavedra a ver unos campos que había comprado”, relató un intendente a Hoy, aunque aclaró: “Son rumores”. La realidad es que las precisiones no abundan, pero sí hay certezas: la extranjerización de la tierra es moneda corriente.

Los controles que se aplican en otros países

Brasil
La proporción total de área rural propiedad de un extranjero residente no puede sobrepasar el 25% de la tierra de cada municipio. Además, los extranjeros deben obtener autorización gubernamental para adquirir tierras localizadas en sectores limítrofes.

Canadá
En aplicación de la Investment Canadá de 1985, las inversiones extranjeras que no superen los u$s 5.000.000 para inversiones directas y los u$s 50.000.000 para las indirectas quedan liberadas de toda autorización federal. Pero será necesaria tal autorización cuando, por razones de interés público, el ministerio de Industria recomiende que la inversión deba ser examinada por el Consejo de Ministros.
Estados Unidos
La US Agricultural Foreign Investment Disclosure Act de 1976, establece que los extranjeros que adquieran tierras agrícolas con una extensión mayor a diez acres deberán registrar su adquisición dentro de los noventa días siguientes. En el estado de Indiana, como caso ejemplar, existe una restricción para los extranjeros que no tienen intenciones de convertirse en ciudadanos naturalizados, pues no pueden conservar tierras de más de trescientos veinte acres por más de cinco años.
Vale destacar la prohibición legal en los estados de Missouri e Iowa, que involucra a los extranjeros y compañías extranjeras para adquirir tierras agrícolas. Los propietarios de esta clase de predios que tengan residencia en el estado están obligados a vender el inmueble en el lapso de dos años si pierden la calidad de residentes.

México
Contempla, en diversos cuerpos normativos, impedimentos para la adquisición por extranjeros de determinados terrenos. Así, por ejemplo, el artículo 27 de la Constitución Política prohíbe a los extranjeros adquirir el dominio directo sobre tierras y aguas ubicadas en una faja de cien kilómetros a lo largo de las fronteras y de cincuenta en las playas.

Corea del Sur
La legislación prohíbe a los extranjeros comprar tierras, pero sí permite a las compañías extranjeras comprar los bienes raíces que necesiten para concretar sus operaciones.

Dinamarca
Por medio de su ordenamiento jurídico, exige a los extranjeros autorización previa del ministerio de Justicia para la adquisición de bienes raíces.

Irlanda
Según la Land Act de 1965, los extranjeros deben tener el permiso de la Comisión de Tierras para comprar o arrendar tierras agrícolas. Quedan exceptuados de esta norma los extranjeros que tengan siete años de residencia continua.

Noruega
Por intermedio de la Norway Concession Act de 1917, modificada en 1974, se establece que los extranjeros que deseen adquirir tierras deben tener la autorización del ministerio de Agricultura e
Industria.

Corrientes Un extraño filántropo que busca agua

Las reservas de agua dulce, uno de los tesoros más preciados por la escasez que se espera de aquí a unos años, parecen ser el principal blanco de los inversionistas extranjeros. Douglas Tompkins, empresario estadounidense es una de las muestras más acabadas de esto. La polémica con este extranjero se generó cuando el por entonces subsecretario de Tierras para el Hábitat Social, Luis D’Elía, rompió el alambrado y se metió en los terrenos propiedad de Tompkins en la provincia de Corrientes. El empresario amenazó con presentar una denuncia, pues su intención de comprar estancias, que incluía los Esteros del Iberá, una de las principales reservas de agua del país, era con fines filantrópicos.
Lo cierto es que más allá de la imagen de protector del medioambiente que quiso dar a los argentinos en aquel entonces, Tompkins también se apoderó del Acuífero Guaraní, capaz de proveer de agua a 6 mil millones de personas durante varias décadas.
Por otra parte, haciendas San Eugenio es un nuevo nombre de un emprendimiento extranjero en los Esteros del Iberá, en Paraje Yahaveré. Esta nueva denominación suena un poco más agradable que la anterior, Forestal Andina, pero las consecuencias siguen siendo igual de catastróficas. Un fallo histórico de la Suprema Corte obligó a la firma a demoler un terraplén de 24 kilómetros que había decidido construir, avasallando tierras protegidas. No sólo aún se mantiene firme, sino que además las denuncias contra la empresa crecieron: ahora la acusan de robo de tierras en la Reserva Provincial Esteros del Iberá. La organización Salvemos al Iberá reveló “que un sector fiscal de una franja de 1.107,06 hectáreas ubicada sobre la costa de la Laguna Medina” está en posesión de Haciendas San Eugenio.

Patagonia Benetton, precursores de la entrega

Los Benetton, que tienen una fortuna estimada en 1,5 billones de dólares, llegaron a la Argentina a inicios de la década del ‘90, cuando el menemismo comenzaba a aflorar. Luciana, Gilberto, Giuliana y Carlo hoy ostentan más de 900 mil hectáreas, repartidas entre las estancias “Pilcañeu”,
“Alicura”, “Lelequen”, “El Maiten”, “Coronel” y “Cóndor”. Los empresarios textiles elaboran el 10% de su producción de lana en estas tierras. Pero lejos de ser “agradecidos” por las bondades argentinas y las facilidades recibidas durante la etapa más cruda del neoliberalismo, los Benetton impusieron otra marca suya en el país: el autoritarismo.
En principio despidió casi al 50% del personal que trabajaba en sus tierras, en su mayoría peones rurales de la comunidad mapuche. Luego redobló la apuesta: contrató grupos especiales para reducir los derechos básicos de las comunidades mapuches, que quedaron “encerradas” dentro de sus tierras. Más simple: echar a esos “intrusos”.

Río Negro Alambres y pistas de aterrizaje

El multimillonario inglés Joe Lewis es uno de los que más avanzó en los últimos años en la compra de tierras. Lago Escondido es un espejo de agua cristalina en Río Negro. Hoy tiene dueño: el acceso a ese lago forma parte de las 18 mil hectáreas que adquiró Lewis en la zona, lejos del glamour que poseían sus emprendimientos más públicos, como el Hard Rock Café y Planet Hollywood, con socios de la talla de Sylvester Stallone, Bruce Willis y Arnold Schwarzenegger.
Es lógico que esté prohibido por ley que quien compre una belleza natural como Lago Escondido pueda alambrarla y privar a todos los rionegrinos de ese recurso natural. Más lógico aún es que esta gente no respete las leyes: el alambrado alrededor de Lago Escondido se mantiene inmutable, pese a las órdenes judiciales que ordenan quitarlo.
En el otro extremo de esa provincia, Lewis tiene otro de sus refugios en la Argentina, Playas Doradas, un sitio a 30 kilómetros de Sierra Grande. Allí, Lewis tiene otro de sus “orgullos”: una pista de aterrizaje de tamaño casi idéntico a la del aeropuerto internacional de Bariloche. “Es una locura y cuenta con la aprobación de la Fuerza Aérea”, recalcó Orsolini.
En este caso, Lewis también cerró un viejo camino que conduce a un sector que le permite a los “pulperos” obtener su sustento diario con la captura de moluscos. El inglés sólo permite que lleguen hasta su “costa”, más virgen que la de Sierra Grande, caminando por la playa. Son “apenas” 16 kilómetros, lo cual hace imposible que los trabajadores puedan cumplir con su tarea allí.

Neuquén De CNN a Traful

Ted Turner, fundador de la CNN, es reconocido en Estados Unidos por su capacidad de trabajo, su verborragia y por su apodo: “El bocón del sur”, en inglés, claro está.
Este polémico personaje es otro de los que buscó tierras en la Argentina, que visita dos o tres veces por año, con alguno de sus hijos. La estancia “La Primavera”, de 4.400 hectáreas ubicada en Villa Traful, Neuquén, fue su primera adquisición. Y al igual que muchos de sus compatriotas, y extranjeros que se instalan en el país, Turner supuso que con el dinero de la compra ya estaba todo solucionado, todo era de él. Así, no tuvo ningún tapujo en alambrar una buena parte del Río Traful. La voracidad de este empresario de los medios por las
riquezas naturales no se detuvo en la tranquilidad del Traful. Luevo, avanzó con otras 8 mil hectáreas, en la estancia “San José”, Río Grande. Y pateó el tablero con las casi 50 mil hectáreas que posee en “Collón Curá”, ubicada entre Confluencia y Junín de los Andes (Neuquén).
Turner es el vicepresidente de AOL Time Warner, compañía nacida de la fusión de dos verdaderos colosos: el gigante americano de internet America Online y el conglomerado de empresas de comunicación Time Warner.

La Rioja y Catamarca Tierra con pueblo incluido

Buscan en los avisos, miran el mapa, sacan el cheque y se quedan con todo. Esa parece ser la forma de operar que tienen los empresarios extranjeros que vienen por la tierra argentina. El holding italiano Nettis Impianti dio muestra de ello a mediados de los ‘90, cuando compró 418 mil hectáreas en La Rioja con un pequeño detalle: “adentro” había un pueblo de 500 habitantes.
Algo similar ocurrió en la pequeña localidad El Recre, perteneciente al departamento de La Paz, en Catamarca. Allí, la empresa norteamericana fabricante de helicópteros compró cerca de 117 mil hectáreas, con 300 familias adentro. En este caso quedó claro la puja y disputa de intereses, cuando surgió el proyecto para expropiar cerca de la mitad y devolverle la tierra a sus propietarios “naturales”, aquellos que vivieron toda la vida allí. Las posturas fueron encontradas, hasta se escuchó a un concejal sostener que el reclamo de la gente era justo, pero no les correspondían más de 10 hectáreas.

Misiones También por la madera

La empresa chilena Alto Paraná concentra actualmente el 6% del territorio misionero. No se instaló allí para tener cerca las magníficas Cataratas de Iguazú, sino que fue en busca de algo más terrenal: la madera. Según organizaciones ecologistas que trabajan allí, la empresa violó tratados en su voracidad por la madera. Y aportaron datos concretos. La empresa habría talado 100 de los 200 metros de selva ubicada a la vera del lago Uruguaí, que deben quedar en pie, ya que están protegidos por la ley 3.302 que declara a esa zona como Paisaje Protegido. A su vez, había conseguido un permiso para deforestar 150 hectáreas y sin embargo habrían talado 350.

je je algo que se filtro...

-

UN PUENTE AÉREO ENTRE LA ARGENTINA CONTINENTAL Y LAS ISLAS MALVINAS
-
Es sabido que a Gran Bretaña le cuesta muchísimo dinero mantener abastecida las Islas Malvinas. No sólo pertrechos militares, sino medicamentos, alimentos etc.

-
Hace pocas horas un informe sobre el aeropuerto "Británico" en territorio argentino , y la entrada de aviones sin control aduanero y sin control de la Fuerza Aérea ni la Marina ( sin radares), con gente armada recorriendo en 4x4 y cuatriciclos, llama poderosamente la atención. El siguiente informe de inteligencia, es más que preocupante y las sospechas que " Argentina tiene un puente aéreo a Malvinas". Además que puede ser usado para los más distintos fines, desde abastecer, turismo, ilegales , o tráfico de drogas. Ya que no hay controles de nada.
-

Las siguientes fotografías son de algunos aviones que entran al aeropuerto ingles en la Patagonia.
-
AEROPUERTO EN LA PATAGONIA, CONSTRUIDO POR INGLESES:
En Puerto Lobos, en las cercanías del Golfo de San Matías, cerca de la Localidad de Sierra Grande, Provincia de Río Negro, se ha construido un aeropuerto con una pista de 2.000 metros de largo, ubicada a 41º 50´ 34´´ latitud sur, 65º 04´ 56´´ longitud oeste. Esta pista ya está operando desde el 23 de febrero de 2008, fecha en el que aterrizó la primera aeronave, un Beechcraft King Air B90, con matrícula chilena CC-CVZ.
-
La Fuerza Aérea Argentina aprobó el funcionamiento de la pista aérea, aunque es imposible controlarla, dado que no hay radares que rastreen esa zona, por lo que podría aterrizar o despegar cualquier tipo de aeronave sin ser detectada.

La pista fue construida por la Empresa VIARSE S.A. en un campo propiedad de Nicolás Bernardo Van Ditmar, presidente y accionista de Bahía Dorada S.A. y Hidden Lake S.A., aunque este es un testaferro, ya que la propiedad es del magnate inglés Charles Joe Lewis.

-

Todo el campo está protegido por una valla perimetral y custodiada por personal fuertemente armado, que se desplaza con camionetas 4x4 y cuatriciclos.
La firma “Bahía Dorada Sociedad Anónima”, CUIT Nº 30-70895443-4, tiene domicilio legal en la calle Mitre Nº 86, 2º Piso, Departamento “F” de la Ciudad de San Carlos de Bariloche, Provincia de Río Negro, y en Buenos Aires en la calle Maipú Nº 1210, 5º Piso.
-

Los únicos que figuran como titulares de la firma, son Nicolás Bernardo Van Ditmar, Documento Nacional de Identidad Nº 17.336.840, y su esposa Gloria Venessa Mazza, Documento Nacional de Identidad Nº 22.535.523.

-
La firma “Hidden Lake Sociedad Anónima”, CUIT Nº 30-68590523-6, tiene domicilio legal en la calle Mitre Nº 86, 2º Piso, Departamento “F” de la Ciudad de San Carlos de Bariloche, Provincia de Río Negro; en la calle Liniers Nº 2734 de la Localidad del El Bolsón, Provincia de Río Negro, y en Buenos Aires en la calle Marcelo Torcuato de Alvear Nº 624, 1º Piso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Figuran como titulares: Rasesh Hemendra Thakkar, CUIT Nº 23-60205143-9; Roberto Pablo Mangini, CUIT Nº 20-20913078-6; Charles Barrington Lewis, CUIT Nº 20-60205145-6; Nicolás Bernardo Van Ditmar; y Jefferson Voss.

-
En realidad, quién es dueño de estas empresas es el inglés Charles Joe Lewis, los demás son testaferros.

-
La empresa que opera la pista de aterrizaje, es “Tavistock Aviatión Argentina Sociedad Anónima”, CUIT Nº 30-70197138-4, con domicilio legal en la calle Maipú Nº 1300, 10º Piso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, subsidiaria de Travistock Holding”, de origen norteamericano, con domicilio en Argentina en la calle Maipú Nº 1210, 5º Piso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

-

Nadie sabe qué utilidad le dan a la pista, que frecuencia de vuelos, sin son nacionales o internacionales, sin son de carga o pasajeros, quién los controla, si pasan por Aduana o Migraciones.

-

La aeronave que más frecuentemente opera en esa pista es el Dassault Falcon 900, ex matricula norteamericana N158JA, normalmente a cargo del Capitán John Zoller, piloto oriundo de Orlando, Estados Unidos.

-

Este avión fue repintado y en la actualidad, tiene Matrícula D-AWKG, y sigue operando en la pista del Golfo de San Matías.

-
La Empresa “Tavistock Aviation”, le fue suspendida la autorización para operar en la República Argentina, en el año 2005, aun así, sigue operando en forma clandestina en esa pista:

-
-

MINISTERIO DE PLANIFICACIÓN FEDERAL, INVERSIÓN PÚBLICA Y SERVICIOS
SECRETARIA DE TRANSPORTE
-

Resolución N° 193/2005 193/2005
-

ARTICULO 1° — Retírase a TAVISTOCK AVIATION ARGENTINA S.A. la autorización otorgada por Disposición N° 59 del 30 de junio de 1999 de la ex SUBSECRETARIA DE TRANSPORTE AEROCOMERCIAL, FLUVIAL Y MARÍTIMO de la entonces SECRETARIA DE TRANSPORTE del ex MINISTERIO DE ECONOMÍA Y OBRAS Y SERVICIOS PUBLICOS para explotar servicios no regulares internos de transporte aéreo de pasajeros, correo y carga usando equipos de reducido porte, por la causal prevista en el Artículo 135, incisos 1, 2 y 8 de la Ley N° 17.285 (CODIGO AERONÁUTICO).


ARTICULO 2º — Retírase a TAVISTOCK AVIATION ARGENTINA S.A. la autorización otorgada por Resolución N° 24 del 1° de diciembre de 2000 del ex MINISTERIO DE INFRAESTRUCTURA Y VIVIENDA, para explotar servicios no regulares internacionales de transporte aéreo de pasajeros, correo y carga usando equipos de reducido porte, por la causal prevista en el Artículo 135, incisos 1, 2 y 8 de la Ley N° 17.285 (CODIGO AERONÁUTICO).


ARTICULO 3° — Notifíquese a la transportadora aérea que contra la presente resolución podrá interponer el recurso de reconsideración o el recurso jerárquico, ambos previstos en los Artículos 84, 89 y 90 del Reglamento de Procedimientos Administrativos, Decreto 1759/72, T.O. 1991, dentro de los plazos de DIEZ (10) o QUINCE (15) días, respectivamente.